Esta mañana, el Vicepresidente de la Caja de Asistencia Social Dr. Álvaro Gaviola, recibió al periodista Darío de Los Santos Lucero, empleado de la institución, para otorgarle un reconocimiento por el merecido Martín Fierro Federal que recibió el pasado lunes en la 26° entrega realizada en el Salón Los Maderos del Casino de Santa Fe.
Darío tiene 52 años y desde hace más de 30 años por las mañanas es empleado de Lotería de Santa Fe mientras que por las tardes dedica su vida al apasionante mundo de los medios de comunicación.
Pero su vida dio un vuelco impensado cuando el pasado 1° de junio fue ternado en la gran fiesta de los galardones con los que Aptra (Asociación de Periodistas de la Televisión y Radiofonía Argentina) reconoce a producciones de todo el país.
El conductor, con más de 25 años de trayectoria en los medios, recibió su primer estatuilla en el rubro música pop, rock y jazz con su programa radial “Oro Negro” que se emite de lunes a viernes de 18 a 20 hs por FM "X" 103.5.
Con mucha emoción, el periodista recibió su premio y agradeció ante los cientos de invitados por el especial momento que estaba viviendo. Destacó el apoyo incondicional de su familia, quienes año tras año vienen acompañando su esfuerzo.
Produciendo “Oro Negro”
De los Santos Lucero destacó la difícil tarea que resulta para un periodista producir su propio espacio “Yo siempre supe lo que yo tenía, pero fue todo a pulmón, inclusive publicitariamente se hace difícil. Yo hago la producción artística, publicitaria, hago la conducción y es mucho trabajo, inclusive tengo micros registrados en la Dirección Nacional de Derechos de Autor.”
Para Darío, dividirse en estos dos trabajos tiene sus ventajas y desventajas “la radio me permite equilibrar un poco los dos trabajos: por un lado la rutina de 31 años de Administración pública pero a la vez es el motor que me permitió poder dedicarme a mi pasión, sino sería imposible”.
El conductor aún mantiene la emoción del momento y recuerda cuando un amigo se acercó y le dijo ”ahora tenes para un año de alegría y yo le respondí “No, esto es para toda la vida”.